jueves, agosto 19, 2010

Un barrio feliz


Un debate sobre la videovigilancia y las políticas de seguridad celebrado el día 8 de octubre en la Librería Traficantes de Sueños de Madrid. En la presentación, los organizadores se hacían las siguientes preguntas:
qué nos da miedo? ¿qué nos hace sentirnos seguros? ¿qué nos hace sentirnos seguras? ¿son la soledad, la precariedad, el exceso de trabajo o la falta de él, la falta de cuidados y de recursos, la falta de salud y asistencia, las relaciones de poder, el desarraigo, la dureza del espacio urbano, motivos de inseguridad? ¿cómo se combate? ¿de los imaginarios del miedo, violencia e inseguridad que hemos interiorizado, cuales son meras construcciones y cuales forman parte de nuestro cotidiano? ¿qué es el índice de criminalidad y cómo afecta a mi vida? ¿quién es el responsable de mi seguridad y quién de lo contrario? ¿quién cuida de mi? ¿cómo percibo el miedo? ¿cómo percibo la seguridad? ¿es la enajenación del cuidado de sí de una comunidad a instancias superiores de control la medida adecuada para la conviviencia armónica de un barrio? ¿contempla la diferencia o nos convierte en ciudadanos-tipo, sin deseos, prácticas y vidas singulares? Arrebatado el poder-hacer ¿qué nos queda como propio? ¿qué barrio queremos? ¿y por qué medios?

El miedo como poderoso motor de las políticas represivas. La falta de trabajo, de solidaridad, de afectos, de convivencia sana en los barrios, son otras tantas disculpas para disparar las políticas del miedo y el control social de la ciudadanía. En el barrio madrileño de Lavapiés se van a instalar (se han instalado ya) 48 cámaras de seguridad, dicen que para prevenir y evitar la delincuencia. Pero lo que verdaderamente preocupa al poder son los espacios urbanos poblados por la diversidad y la autoorganización de la misma. Para el Ayuntamiento de Madrid estas medidas securitarias evitarán “que las calles sean ocupadas por "otras personas" que no entran en su modelo de ciudadano-tipo, nos hace cuanto menos sospechar de la medida. Pero no solo, la videovigilancia nos acerca aún más a un modelo de ciudad-escaparate, de hiperregulación del espacio público, de fragmentación social donde el consumo y el control a través del miedo marcan los limites de nuestra vida. El miedo como condición de existencia, el control como condición de convivencia”. http://unbarriofeliz.wordpress.com/

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