miércoles, octubre 17, 2007

El poder de las transnacionales

Las empresas transnacionales (o multinacionales) se adueñan poco a poco de nuestras vidas. Constituyen los mayores conglomerados de poder en este mundo globalizado. Y a medida que concentran el control sobre el mundo, las desigualdades sociales se hacen más profundas, dramáticas y abarcadoras. Pero a la vez disminuye la capacidad de decisión democrática de la ciudadanía, pues las transnacionales desarrollan nuevos núcleos de poder e influencia social que se sustraen al control democrático. Hay una estrecha relación entre poder político y poder económico: ¿Hasta qué punto los Estados son instrumento de estas empresas? Vicenç Navarro considera equivocadas a las personas que argumentan que las empresas transnacionales erosionan la capacidad política de los Estados, pues a pesar de su alcance mundial, las multinacionales siguen teniendo un país como base, donde desarrollan sus estrategias de mundialización y sus políticas de investigación y desarrollo. Así se explicaría el poder de los Estados Unidos en el mundo: a través de su enorme aparato militar que respalda los intereses de sus empresas globales. La causa de las desigualdades sociales sigue siendo tan clasista como antaño. Como dice V. Navarro: la globalización es la internacionalización de la actividad económica bajo criterios liberales que benefician a las clases dominantes del Norte y del Sur a costa de los beneficios de las clases dominadas del Norte y del Sur.
La UNCTAD acaba de hacer público un informe en el que da cuenta de la imparable expansión económica de las empresas transnacionales. Estas empresas controlaron el año pasado el 84% de la inversión extranjera directa en todo el mundo, cuyos flujos aumentaron a nivel mundial un 38%. La influencia política de estas empresas también se constata en el informe, que reconoce el trato de favor que reciben en materia fiscal y en las facilidades para colocar sus inversiones. Pero países como Bolivia y Venezuela se están mostrando rebeldes con esta disciplina y no ocultan su rechazo al poder de las multinacionales.
Las 78 mil transnacionales existentes en todo el mundo controlan casi toda la producción de minerales, gas y petróleo.

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