Enseñar/aprender: enseñar es propagar una pasividad, aprender es una actividad [se aprende haciendo y siendo con...].
En la posición de supuesto saber es posible la relación transferencial (como en el psicoanálisis). El final del aprendizaje se produce cuando la transferencia o efecto de supuesto saber se ha reabsorbido por parte del alumno y éste ha aprendido a aprender, ha extraído matema de su relación con el profesor. En la relación profesor/alumnos existe un componente subjetivo, relacional o conativo y un componente objetivo, de contenido o referencial; ambos componentes deber estar articulados.
El doble papel de profesor (como enseñante, como el que permite aprender) genera una situación de doble vínculo: Aprender/aprobar, sólo puede aprender el que no necesita aprobación. Se empieza a aprender después de haber aprobado, cuando la víctima ha roto su relación con el verdugo.
Se puede transmitir analógicamente y digitalmente. Dentro de esta última hay transmisión de descripciones o cómputos y transmisión de prescripciones u órdenes. «En el proceso de educación, se envía a los que el orden destina a posiciones dominadas mensajes de estructura digitalmente simple pero analógicamente compleja ("¡se sienten, coño!"), a los que el orden destina a posiciones dominantes mensajes de estructura digitalmente compleja, pero analógicamente simple ("Si ustedes hacen el favor de sentarse, estaremos todos más cómodos y podremos comprendernos mejor").
Al pasar de los códigos a las axiomáticas, la comunicación análoga se reabsorbe. Se alcanza el nivel infinito de la enseñanza y el nivel cero del aprendizaje (se pasa del control mediante cuentos al control mediante cuentas). Para el aprendizaje de cualquier actividad funciona mejor la prescripción que la descripción: sólo se aprende a investigar investigando, sólo se aprende a pensar pensando.
En los niveles más altos de aprendizaje, «aprender es aprender a quedarse solo y a seguir preguntando aun sabiendo que nadie puede responder».
[Jesús Ibáñez, Del algoritmo al sujeto, siglo XXI, 1985, pp. 299-308]
No hay comentarios:
Publicar un comentario