miércoles, abril 12, 2006

República

Santiago Alba Rico escribe:
Hubo que matar, desterrar o embridar a toda una generación para que un nuevo pueblo español empezase una nueva vida sin el recuerdo de la libertad. Apenas los españoles olvidamos la libertad, volvió el rey, nos perdonó de todo corazón y nos permitió votar incluso a los comunistas... Olvidar la libertad
La democracia no es un don divino, sino un régimen de gobierno ganado a pulso a quienes siempre creyeron que el pueblo debería vivir amordazado y sumiso. A tres cuartos de siglo de la proclamación de la segunda república española con el apoyo popular, después de muchas décadas de dictadura cruel, seguimos anhelando el regreso de nuestras libertades republicanas. No nos sirve la monarquía que nos dejó el enano y carcomido general. Insistimos: queremos vivir en república. Es lo mínimo que se merece una ciudadanía moderna y europea.
Thomas Paine escribió en 1776: «siendo los hombres originariamente iguales, ninguno pudo tener por nacimiento un derecho a eregir a su propia familia en perpetua preferencia sobre las otras para siempre; y, aunque él mismo pueda merecer algún grado razonable de honores por parte de sus contemporáneos, sus descendientes no serían por ello más dignos de heredarlos [...] Más digno es un hombre honesto ante la sociedad y los ojos de Dios que todos los rufianes coronados que han existido».

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